Nube saltarina

6
 min
3
+
4.81
 • 
150
 calificaciones
Abrir en la aplicación Readmio
Wilma es una nube joven y enérgica que no para de dar saltos. Sus movimientos frenéticos molestan a las demás nubes del cielo y a los pájaros. ¿Será capaz de encontrar un espacio donde ser ella misma?
Puedes descargar este cuento gratis en PDF e imprimirlo. En la aplicación Readmio tienes esta opción para cada cuento.
Descargar:
Nube saltarina
QR code
Escanea este código QR para abrir la historia en la aplicación.
Mio’s tip
Toca las palabras 🔊 destacadas para reproducir los sonidos.

Wilma era una joven nube muy saltarina a la que le gustaba jugar a toda velocidad.

— ¡Más despacio! —gritó una nube mayor.

— ¡Ay! —se quejó otra.

— ¡Uf!, ¡cuidado!, ¡cuidado!

Wilma se lo estaba pasando en grande. No intentaba chocar con las otras nubes a propósito, pero a veces su atención se desviaba mientras jugaba.

Las otras nubes ya estaban hartas. Intercambiaron sus opiniones:

Wilma es un problema.

Me golpeó tan fuerte que se me salió una gotita de lluvia. Fue MUY bochornoso.

Si no puede jugar de manera agradable, entonces no debería jugar en absoluto.

—¡Tienes que quedarte quieta! —le dijeron.

Y así lo hizo... durante un rato.

Pero quedarse quieta era aburrido. Wilma empezó a inquietarse.

Se estiró y adoptó formas raras.

Entonces se hinchó... más y más... hasta que... ¡oh, oh!

Creció tanto que golpeó una nube de tormenta......que luego, disparó un rayo directo a un árbol... convirtiéndolo en cenizas.

— ¡¡¡¡BEEEEE!!!! —baló un rebaño de ovejas asustadas mientras se escondían en una zanja para escapar del barullo.

— ¡LO SIENTO! —gritó Wilma.

— ¡Oh Wilma! —gruñeron las otras nubes— Vete a jugar más arriba, donde no estorbes.

Wilma flotó más alto en el cielo, sin mirar a dónde iba. Como siempre.

Y entonces... ¡oh, oh!

Se estrelló contra una bandada de gansos. Graznaron ruidosamente y dejaron caer una enorme cantidad de caca de ganso: ¡PLOP!

Aterrizó sobre una mujer y su coche recién limpiado. La mujer agitó el puño hacia Wilma.

— ¡LO SIENTO! —gritó Wilma.

— ¡Oh, Wilma! —reprendieron las otras nubes— Vete a jugar más abajo, donde no estorbes.

Wilma se fue a toda velocidad, sin mirar por dónde iba. Como siempre.

Y entonces... ¡oh oh!

Chocó contra unas nubes…

Encontrarás éste y más cuentos en Readmio.

...encuentra el cuento completo en Readmio.

Readmio es una aplicación llena de cuentos e historias para dormir con sonidos que se activan con tu voz. Muchas historias son gratis y cada semana se añaden nuevos cuentos.

Prueba gratuita

Available for iOS, Android and Web

Download from App StoreDownload from Google Play
RatingsRatingsRatingsRatingsRatings

4.8/5 · 10,0k valoraciones

Más de la categoría Cuentos para mayores de 3 años

El semáforo travieso

El semáforo travieso

7
 min
3
+
4.78

Incluso las cosas viejas todavía pueden servir. Solamente hay que cuidarlas bien. Un día el semáforo decidió no obedecer ninguna regla y funcionar de forma aleatoria. Estaba aburrido de siempre mostrar los mismos colores en el mismo orden. Además, estaba triste por estar abandonado y oxidado, especialmente cuando vio cuán colorido era realmente el mundo que lo rodeaba.

Las arañas del pasadizo subterráneo

Las arañas del pasadizo subterráneo

7
 min
3
+
4.66

Cuando la familia de arañas Tejetelas regresa de vacaciones, se encuentran con que los humanos aspiraron su casa con un aspirador. Deciden convencer a los humanos de que dejen de destruir sus hogares; al fin y al cabo, ¡las arañas hacen una función que les beneficia! Pero ¿cómo pueden hacerles entender la situación si los humanos no hablan el idioma de las arañas?

El diablillo travieso

El diablillo travieso

10
 min
3
+
4.6

Cerca del corazoncito de Pepito solía vivir un diablillo, que le animaba constantemente a hacer travesuras en la guardería. Por eso siempre se portaba mal con los demás niños y no tenía amigos. Gracias a una maestra paciente y amable, el pequeño Pepito descubrió que dentro de él también vivía un ángel. Al final el niño aprende a convivir con los dos y hace muchos amigos. Cada uno de nosotros tiene cualidades buenas y malas, pero depende de nosotros cuáles dejamos que destaquen.