El monstruo Bulgasari

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Esta historia trepidante, y quizás un poco escalofriante, es originaria del continente asiático y nos cuenta cómo un monje que estaba huyendo para evitar la cárcel crea, de forma accidental, un monstruo lleno de púas. Este se come todos los objetos metálicos que encuentra y nadie puede detenerlo. Todo el Reino de Corea cae en la destrucción y el caos porque el rey decidió un día encarcelar injustamente a los monjes.
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El monstruo Bulgasari
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Érase una vez un reino llamado Goryeo. Un día, el rey ordenó a sus soldados que arrestaran a todos los monjes budistas del país.

—Cerrad todos los templos y meted a los monjes en la cárcel —mandó el rey.

Él pensaba que los monjes eran impíos y que se merecían un duro castigo, así que los soldados se dirigieron a los templos y los monjes huyeron despavoridos para evitar que los atraparan. Al enterarse de lo que estaba pasando, uno de los monjes decidió ocultarse en la aldea de su hermana.

—Hermana, por favor, escóndeme en tu casa o ¡me meterán en la cárcel! —le suplicó—. Seguro que los soldados no me vienen a buscar aquí.

Su hermana decidió ayudarlo y lo escondió en una pequeña habitación sin luz. El monje se encerró allí y su hermana le llevaba agua y comida hasta que tuvo una idea horrible. «¿Y si lo entrego a los soldados? Si les ayudo a atrapar otro monje, a lo mejor me recompensan», pensó.

Pero su esposo descubrió su malvado plan y, cuando su mujer salió de casa, él abrió la puerta de la habitación secreta para advertir al monje.

—¡Corre, huye! ¡Mi esposa fue a avisar a los soldados, vendrán a arrestarte!

El monje, al escuchar esto, se asustó mucho y se puso en marcha de inmediato, pero, antes de salir de la casa, se giró hacia su cuñado por última vez y le dijo:

—Gracias por salvarme la vida. No tengo nada con lo que agradecértelo, pues no tengo posesiones, pero tengo esto. Lo hice mientras estaba en la habitación.

Le entregó a su cuñado lo que parecía una diminuta figura de arcilla y se fue. El hombre observaba el curioso regalo cuando, de repente, la figura se retorció, sacó de…

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