Leyenda africana
Por qué el Sol y la Luna viven en el cielo
Una divertida historia sobre cómo el Sol y la Luna invitaron al inmenso Océano de visita. Esta leyenda africana explica cómo lo consiguieron y a qué precio.
Érase una vez una mujer con un excelente sentido común. Su nombre era Grannonia. Sin embargo, no puede decirse lo mismo de su hijo Vardiello. Él era un poco burro, pero a ella no le importaba. Lo adoraba como si fuera el mejor hijo del mundo.
Grannonia tenÃa una gallina y la gallina tenÃa un nido lleno
Un dÃa, Grannonia llamó a Vardiello:
—Hijo hermoso de tu madre, escúchame con atención. Tengo que salir, asà que quiero que vigiles a mi gallina. Si se levanta del nido, hazla volver. No podemos dejar que los huevos se enfrÃen, ¿verdad? Al fin y al cabo, ¡sin huevos no hay gallinas!
—Déjamelo a mà —dijo, creyéndose importante—. ¡Lo que dices no cae en oÃdos
—Ah, y una cosa más hijo mÃo —le dijo mientras se ataba un pañuelo de colores alrededor de la cabeza—. En ese armario —señaló—, ¡hay un frasco lleno de cosas envenenadas! No se te ocurra tocarlo y mucho menos comértelo. Te mandarÃa directo… —dijo mientras daba un manotazo en la mesa— al otro
—¡Dios no lo quiera, madre! —exclamó—. Por supuesto que no caeré en la tentación. Me alegro de que me lo hayas dicho, ¡porque a lo mejor me lo hubiera comido!
Dicho esto, Grannonia salió. Vardiello se aburrÃa, asà que decidió ir al jardÃn de atrás y cavar unos agujeros en la
«¡Eso deberÃa atrapar a todos esos ladronzuelos que roban fruta de nuestros árboles!» pensó con satisfacción.…