Marian Dyno Buric
Copos de nieve
Este cuento de Navidad trata sobre copos de nieve que vuelan desde el cielo, descubren el mundo que se extiende debajo de ellos y finalmente aterrizan directamente en un árbol de Navidad.


Érase una vez un árbol de Navidad muy joven en un mercado navideño. Estaba deseando que alguien lo comprara y se lo llevara a casa para decorar su salón.
—Seré lo más bonito que haya en toda la
Y, asÃ, abrÃa todas sus ramas, repletas de agujas de un verde oscuro, y presumÃa delante de los demás árboles del mercado. Los miraba y se reÃa de ellos, porque ¡Ã©l era el más bonito! Tanto que pronto llamó la atención de un cliente, que se lo llevó a
—¡Niños, ya tenemos árbol de Navidad! —exclamó el padre apenas puso un pie en el recibidor.
—¡Bieeeen! —gritaron los niños muy contentos—. ¡Vamos a decorarlo!
En poco tiempo, el árbol brillaba con unos colores
—¡Qué brillante estoy! —se asombró.
Miraba con admiración sus propias ramas decoradas y presumÃa aún más que antes. No podÃa dejar de mirarse; se deslumbraba a sà mismo incluso de noche, cuando todo el mundo dormÃa.
—¡Soy una belleza! ¡No hay ningún árbol que pueda igualarse a mÃ! ¡Soy lo más bello de toda la
—¡Deja de quejarte por todo, árbol! —le reprochó la alfombra, que también estaba cubierta de manchas debido a Chispa, el perro de la familia.
—¡Tú cállate, felpudo inmundo! —le espetó el árbol.
—¿No sabes que no debes juzgar a los demás por las apariencias? —le preguntó el sofá, dolido, con un hilo de voz.
—El aspecto que tengáis es problema vuestro. Yo soy joven y verde, soy una preciosidad. ¡Miradme!…