El cuento del crisantemo

Hace mucho tiempo, vivía una familia en una pequeña aldea agrícola de Japón. Eran bastante pobres, pero tenían todo lo que necesitaban. Vivían en paz y armonía. Un día, sin embargo, su pequeño hijo cayó gravemente enfermo.

No dejaba de llorar, su piel estaba muy pálida y fría como el hielo y se despertaba con fiebre alta todas las mañanas. Siguió así durante mucho, mucho tiempo.

Sus padres lo habían intentado todo. Hablaron con muchos médicos locales y probaron diferentes medicamentos. Incluso usaron algunas pociones mágicas de un vecino místico.

Pero ninguno de ellos pudo ayudarlo. Los padres se desesperaron aún más. Entonces un día recordaron la historia de un anciano que vivía en lo profundo del bosque. Se suponía que era la persona más sabia del mundo, aunque ninguno de los lugareños lo había conocido.

La madre, angustiada, decidió dejar a su marido en casa con su hijo enfermo y se adentró en el bosque en busca del misterioso anciano. Tuvo que abrirse paso a través de densos matorrales. Tuvo que saltar arroyos anchos y profundos y luchar contra rosales silvestres.

Después de un largo y arduo viaje, finalmente encontró una vieja choza de madera en medio de un verde prado. Un anciano estaba de pie cerca de la puerta, mirándola.

—¿Qué le trae por aquí? —preguntó el anciano. Tenía una larga barba gris que casi le llegaba al vientre.

—Lamento molestarle —dijo la mujer con lágrimas en los ojos—, pero mi hijo está muy enfermo. Hemos intentado todo, realmente todo lo que hemos podido. ¡Pero nada ha funcionado! Me preocupa mucho que nuestro pequeño esté muriendo. ¿Puede ayudarnos por favor? —dijo entre sollozos.

Cuando el anciano vio su tristeza, la invitó a pasar para que le contara qué había sucedido exactamente. Su choza era sencilla,…